¿Quién dijo que la nieve es solo para esquiadores? Es una maravilla natural que se puede disfrutar de distintos ángulos, a todas edades y en cualquier estado físico. Tomemos como ejemplo la clásica ciudad de San Carlos de Bariloche, a ver si los convenzo.
Rapidito para no
aburrir, unos pocos datos útiles: Bariloche está ubicada a 1640km de la ciudad de Buenos
Aires, en la provincia de Río Negro. Es un viaje que se pude hacer
tranquilamente en auto para ir disfrutando de los cambios del paisaje a través
de la ventanilla chica, pero les recomiendo una parada a mitad de camino, a menos
que sean varios al volante y se puedan turnar. También hay micros y aviones que
viajan directo, con una gran diferencia en precios y duración del viaje
respectivamente. Si no son muy amantes del frío, a fines de agosto o en las primeras semanas de septiembre es
buena época para visitarla, además, por ser fin de
temporada los precios bajan un poquito.
Una mini
aclaración para ubicarnos en el plano. Por un lado tenemos la ciudad de
Bariloche y por el otro la villa, a los pies del Cerro Catedral, que sería el
“centro de esquí” como habrán escuchado. A estos dos lugares los separa una
distancia de 19km. Vale la pena tenerlo en cuenta a la hora de buscar
alojamiento.
Suficiente, ahora
lo divertido ¿qué hacer?:
Ascenso a los
Cerros Campanario y Otto. A ambos se sube por aerosilla. Cuando fui al
Campanario por primera vez me lo promocionaron diciéndome que tenía la mejor
vista panorámica. No exageraron, y gatillé fotos a lo loco. El Cerro Otto suma
a su atractivo natural, una cafetería giratoria y una gallería de arte.
Hay un cafecito al que caí de casualidad y lamentablemente no recuerdo ni su nombre ni donde queda, sólo sé que es en el centro y en una esquina. Tampoco me acuerdo del sabor de las medialunas pero sí de su original decoración. Del techo cuelgan marionetas y objetos antiguos y en las paredes cuadros de grandes personalidades como Gandhi, Marley, Lennon, entro otros. ¿Alguno sabe de qué lugar estoy hablando?
Para el viajero
menos gastador, por qué no una caminata por la costanera o a orillas del lago
con unos ricos mates y unos churros calientes.
Hotel Puerto Blest |
Pasemos de tierra firme al agua. Nos dirigimos a Puerto Pañuelo para embarcarnos en un catamarán. Destino: Puerto Blest, un paseo de ensueño. 18km de navegación bordeando bosques, islas y el cordón montañoso en compañía de gaviotas. Les recomiendo llevar abrigo para salir al exterior de la embarcación a respirar la inmensidad. Si las condiciones climáticas lo permiten el viaje incluye una visita a la cascada Los Cántaros.
En el puerto el tour se detiene por unas horas donde un viejo hotel aguarda con su restaurante abierto y un par de itinerarios a pie invitan a incursionar el área. Recorran el bosque o descansen a orillas del lago. Disfruten del silencio y la tranquilidad.
Otro paseo al
cual se accede en barco es la Isla Victoria y el bosque de los Arrayanes. Anímense
a “perderse” por la isla. Se la puede rodear a pie por un caminito angosto que
va sorteando todo tipo de terrenos y deja al descubierto paisajes de absoluta
belleza. Un tecito con torta puede ser la merienda ideal para recuperar fuerzas
después de la caminata. Y el bosque… mejor que la longevidad de sus árboles los
sorprenda.
Y para quienes sí
tengas intenciones de practicar deportes, aunque estos no impliquen subirse a
una o dos tablas para deslizarse colina abajo, también está lleno de programas
¡la base de la montaña es apta para todo público! Solo recuerden que en una
buena temporada ésta puede estar cubierta de nieve así que consideren un calzado
cómo e impermeable.
En la base del Cerro Catedral |
Hasta la base se
puede llegar en auto (allí tienen estacionamiento) o tomar el colectivo de
línea que los deja “en la puerta”. Sin subir al cerro, ahí mismo encontrarán propuestas
gastronómicas variadas y barcitos, tiendas y un mini shopping.
Caminatas con
raquetas, paseos en moto de nieve, culipatin
o ascensos en telecabina son algunas de las tantas propuestas para peatones. Y
una vez allá arriba, ¡un chocolate caliente o un choripán al solcito son lujos
dignos de disfrutar en esta vida!
Y por último, ¿por qué no cerrar el día (y esta
nota) con una rica cerveza artesanal? El restaurante de la fábrica de cerveza
Blest no escasea decoración y da la bienvenida con calidez. Dejen pruebas de su
visita por donde quieran y elijan algún suvenir de la tienda para los
familiares que no viajaron.
Hay un montón de
cosas más por ver y hacer… ¡anímense que la nieve no es solo para egresados ni
grandes atletas! Su magia no discrimina.
En compañía de las gaviotas, navegando el lago Nahuel Huapi |
Lago Frías |
La fábrica de cerveza artisanal Blest |
La playita de Puerto Blest |
El catamaran a punto de zarpar de Puerto Pañuelo |
Una antigüedad del café misterioso |
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